Isla de Tabarca

Las isla de Tabarca, también conocida como Nova Tabarca o Isla Plana, está considerada como la isla habitada más pequeña del Mediterráneo. En su horizonte, se puede vislumbrar las luces de Alicante y Santa Pola.





La Isla de Tabarca pasa de 55 habitantes en invierno a más de 4.000 turistas diarios en verano, no tiene carreteras y, en algunas zonas, apenas hay cobertura.

Situada frente al Cabo de Santa Pola (Alicante), es un diminuto archipiélago que está formado por cuatro islotes: Isla Plana o Tabarca, La Cantera, La Galera y La Nao Declarada como Conjunto histórico-Artístico desde 1964, Reserva Marina (la primera de todo el territorio español) desde 1986 y Zona de Especial Protección para las Aves por la Unión Europea es un destino que sin duda no debes dejar escapar cuando te alojes en Hotel Masa Internacional.



Desde el Puerto de Torrevieja, frente al Casino, todos los días sale un barco a las 11:00 de la mañana y regresa a las 18:00 h al puerto de Torrevieja.

Nuestra recomendación es que, no te vayas sin conocer la isla. Antes de ir a bañarte, descubras la isla caminando.

La Isla de Tabarca tiene 30 hectáreas, algo menos de 2 kilómetros de largo y 400 de ancho, por lo que tardarás menos de media hora en recorrerla. En tu trayecto verás dos zonas: una el pueblo fortificado de San Pedro y San Pablo, donde se encuentran las casas y El Campo.

Si sigues los senderos llegarás a la Torre de San José y luego al Faro.

Dicen que lo más bonito de la Isla de Tabarca está bajo el mar, así para poder disfrutar al máximo, no te olvides de llevarte tus escarpines y tus gafas de esnórquel. Al sumergirte podrás deleitarte con las praderas de posidonia y rodearte de meros y salmonetes e incluso ver tortugas o caballitos de mar.

Y llegó la hora de comer. No puedes irte de Tabarca sin probar el caldero tabarquino, el plato más típico, a base de arroz y pescado. También está delicioso las albóndigas de mero, el arroz caldoso de lechola o el arroz con bogavante.


Y para finalizar, toma en la Plaza Mayor un Fondillón. A media tarde, después de empaparte de la historia de la isla, nada mejor que refrescarte con una horchata con fartons y poner rumbo a Torrevieja.